Miré, señora, la ideal belleza, guiándome el amor por vagarosas sendas de nueve cielos, y absorto en su...
Te deseo primero que ames y que, amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que...
Coches cerrados llegaban a las orillas de juncos donde las ondas alisan romano torso desnudo. Coches que el...
Buscaba Magdalena pecadora un hombre, y Dios halló sus pies, y en ellos perdón, que más la fe que los cabellos...
Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia con el limón nuestro, iba en...
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto....
Mansamente, insoportablemente, me dueles. Toma mi cabeza. Córtame el cuello. Nada queda de mí después de este...
La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando....
Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles....
I Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle,...
Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa......
84 Encaneció las ondas con espuma Argos, primera nave, y sin temellas osó tocar la gavia las estrellas, y...