Velloncito de mi carne, que en mis entrañas tejí, velloncito friolento, ¡duérmete apegado a mí! La perdiz duerme en el...
Madre, madre, tú me besas, pero yo te beso más, y el enjambre de mis besos no te deja ni mirar... Si la abeja se entra...
La rosa colorada cogida ayer; el fuego y la canela que llaman clavel; el pan horneado de anís con miel, y el pez de la...