pareciera que el mundo a nuestro alrededor
se detuviera misteriosamente,
pues mágicamente quedamos prendados el uno del otro,
como si aquel instante
fuera la primera vez en que tú y yo nos conocimos,
como si en ese preciso momento
la fuerza de nuestras miradas
se entrelazaran fijamente,
buscando en la profundidad de nuestros ojos,
aquel sentir que nos unió para siempre,
aquel sentir que habita en nosotros...
Siempre serás mi único amor, la razón y la alegría de mi vida;
mi hermosa flor, mi eterna poesía,
manantial de mi inspiración.
Autor: Dante Moshue Díaz Linares
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