Poeta, traductor y novelista colombiano, nació el 15 de noviembre de 1907, en Bogotá, Colombia, sobrino de los escritores Ignacio y José Joaquín Borda, este último miembro de El Mosaico, y del poeta Clímaco Soto Borda, autor de la novela Diana Cazadora y miembro de la Gruta Simbólica. En 1921 se hizo soldado. Tras un fallido intento de suicidio, en 1923, viajó a La Guajira, donde trabajó como guarda de las salinas y conoció la cultura indígena. Luego de su regreso a Bogotá, en 1929 escribió un proyecto poético titulado ‘Puertos goajiros hacia el norte’, que apareció en tres entregas de la revista Universidad, dirigida por Germán Arciniegas.
Trabajó en el vespertino La Tarde, donde publicó, por entregas, las crónicas de su viaje a La Guajira, en las que se basó para escribir 4 años a bordo de mí mismo, publicada por primera vez en 1934. Ese mismo año fue nombrado secretario de la Delegación de Colombia a la Liga de las Naciones en Ginebra. Trabajó tres años como Director del Archivo Nacional de Colombia, donde publicó el libro Los acuerdos públicos y privados de la Real Audiencia, y una revista. En 1936 publicó, en la Revista de Indias, un capítulo de su novela La cuarta batería (editada por Villegas Editores en 2001). El manuscrito reposa en la sala de libros raros y curiosos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Fue Jefe de redacción de El Liberal, y trabajó veintidós años en el diario El Espectador de Bogotá, del que fue subdirector, y en el que publicó los primeros cuentos de Gabriel García Márquez y los primeros poemas de Álvaro Mutis. Presidió el Círculo de Periodistas de Bogota, del que había sido socio fundador. Entre 1960 y 1962 fue embajador de Colombia ante la Unesco, en París. Murió en Bogotá el 13 de septiembre de 1963.
Perteneciente a una familia de gran abolengo, recibió una esmerada educación, convirtiéndose en un gran exponente de la literatura colombiana de la vieja guardia.
Es autor de varias novelas, ensayos y traducciones que le han merecido el reconocimiento internacional. «Requiem Neoyorquino y otros poemas», «Voces en el desierto» y «El círculo del alacrán», hacen parte de su exitosa obra. ©
Una inteligencia asombrosa y un sentido del humor muy fino eran los rasgos distintivos de la personalidad del poeta, novelista, traductor y diplomático colombiano .
Álvaro Castaño Castillo, fundador de la HJCK, amigo suyo desde que ambos estaban "en sus veinte”, recuerda que el autor de El círculo del alacrán y Memorias de un diletante tenía "esa facilidad que tienen los Zalamea de ser cultos, graciosos y eruditos”.
Zalamea era además muy buen periodista y eso se traslucía en sus textos. Recuerda también que en una época, fue corresponsal de la emisora HJCK en México y Estados Unidos, e incluso gracias a su aporte en un programa cultural celebraron juntos la obtención de un premio Ondas.
Precisamente, en el prólogo de Memorias de un diletante (2009), otro de sus grandes amigos, Roberto Posada García-Peña, ‘D’Artagnan’, decía de él: "Zalamea hace gala de su vocación de reportero y su condición de testigo para narrar los mayores acontecimientos del siglo XX, como la depresión de los 30, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam y el advenimiento del siglo XXI”.
En ese libro autobiográfico (Memorias de un diletante), al que Zalamea dedicó ocho años de su vida, recuerda a sus grandes amigos, actores de la sociedad y la política colombiana, como Julio Mario Santo Domingo y el expresidente Guillermo León Valencia.
Sin embargo, el género que más cultivó fue la poesía. Muchos de sus versos figuran en distintas antologías. Entre sus obras de este género se cuenta Requiem Neoyorquino y otros poemas.
Luis Zalamea Borda era hermano de Jorge Zalamea Borda, autor de El sueño de las escalinatas, fallecido en mayo de 1969 y primo del también escritor Eduardo Zalamea Borda (Cuatro años a bordo de mí mismo).
Era reconocido como sibarita y precisamente la gastronomía fue uno de los temas que abordó en muchas de sus publicaciones, como el libro De la mesa y sus placeres. De hecho, fue colaborador asiduo, con textos periodísticos sobre la buena mesa para el suplemento dominical Lecturas, de EL TIEMPO. Precisamente, había renunciado recientemente a seguir con sus colaboraciones debido a su delicado estado de salud.
Otras de sus obras fueron The hour of giving y La Guerra de la Champaña.
Lista De Poemas: Eduardo Zalamea Borda
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