Cuando la rutina se vuelve monótona y el bullicio de la ciudad empieza a pesar en el alma, es momento de concederse una escapada...
Cuando la rutina se vuelve monótona y el bullicio de la ciudad empieza a pesar en el alma, es momento de concederse una escapada...
Cuidadoso estoy siempre ante el Ibis de Ovidio, enigma humano tan ponzoñoso y suave...